Se trata de una vivienda andaluza ubicada en un edificio racionalista de mitad de los 60 -uno de los primeros que gozaron de instalaciones de climatización integrada-. Amplia y de planta moderna, la casa no necesita reforma ni cambios estructurales.
Con elementos como las puertas castellanas de cuarterones, aligeradas con una nueva capa de pintura- y dotando a los interiores del espíritu fresco deseado por los dueños, pero sin perder por ello un ápice de calidad decorativa. Esta última –precisamente, una de las señas de identidad del estudio de Pascua Ortega que realizó la decoración– se ha reflejado en el empleo de una rica variedad de acabados, texturas y revestimientos upper que imprimen carácter a todas las estancias sin excepción: estucos, mármol arabescato italiano, tarima de roble escopleada, piedra Bateig…
La vivienda ubicada en una zona céntrica de la ciudad dispone de cinco dormitorios y cuatro baños distribuidos en una superficie de 346m2.